miércoles, 26 de agosto de 2015

Capitulo III Secuestro, Parte I

   Es carnaval y toda vaina está cerrada la gente no pela un puente, manejo hasta encontrar una farmacia de turno, la ciudad  está un poco desolada, pero por eso no menos peligrosa, me estaciono, bajo y busco rápido algo para el dolor, tengo tres días con un dolor muy fuerte en la rodilla, me caí justo antes de empezar el puente, se me dañaron los planes, y no puedo escalar.

     Busco el medicamento que me dijo un colega de mi mamá que comprara, pero parece que no está en los stand, me dirijo a la zona de farmacia y le pregunto a la amable chica de la farmacia, me dice que no lo puede vender sin récipe, hago un ademan y le lanzo una mirada a mi pierna ella la ve, yo le digo que si no hay alguna manera de adquirirlo y ella me dice que parece que sobran dos cajas y que si quería llevarlas por el doble del precio y pues pensé que si, ella se dio vuelta y busco las dos cajas con el alivio para mi dolor cuando regreso me dijo – Debes cancelar en efectivo– ni si quiera lo pensé, lo que fuera pagaba por algo que me quitara el dolor.

   Salgo de allí con la ansiada caja en una bolsita en la que también tenía un agua pequeña para tomármela de inmediato, me monto en el carro y no he terminado de cerrar la puerta,l cuando se acerca una moto y el parrillero me apunta, acto seguido les doy el celular y la cartera junto con la bolsita que acababa de sacar de la farmacia, uno de los tipos me dice – ¡Metete maldito! – me meto de inmediato, se monta otro en la parte de atrás y me dice pásate pa´ acá, lo primero que pasó por mi mente fue bajarme del carro y correr, pero sabía que eso me costaría la vida, así que me senté atrás, el segundo tipo me pone la pistola en las costillas y me dice – Calladito, tranquilito y cooperando –.

   El de adelante grita por la ventana –  ¡Esta mierda es sincrónica!–   se baja y yo me alivio en vano por que se monta atrás, el de adelante empieza a revisar, revisan todo mi carro, guantera, asientos, todo, luego el que está a mi lado revisa mi cartera, me pide la clave del celular, mientras eso pasa me percato de que otros motorizados están haciendo algo parecido con un chamo en una camioneta, pero este no les abría la puerta , parecía estar drogado.

   Le dispararon pero seguía igual, así que uno de ellos metió la mano por el vidrio roto, en ese momento el chamo dentro del carro lo mordió, el cómo pudo abrió la puerta y el chamo salió corriendo detrás del motorizado y este arrancó, por el otro lado de la camioneta se metió otro ladrón y la arrancaron, detrás de ellos iba una moto, en ese momento me percato de que nosotros también tenemos una especie de motorizado escolta y arrancamos.

  El que está sentado a mi lado solo decía – arranca menor, arranca de esta vaina – acto seguido empieza a revisar mi teléfono de nuevo, agenda, galería, llamadas, mensajes, Whatsaap, todo y me pregunta – ¿Que hace tu mamá? – Yo como es normal dudo en responder y me apunta – Ella es médico – respondo a lo que él me responde con un – ¿es ella? – me muestra una foto mía con mi mamá, en la que tiene una bata de la clínica y le respondo – Si – y agacho la cara, el responde – entonces tu me podrías decir papá, porque está bien rica – no dudo en demostrar mi asco y este me da un cachazo en la cabeza.

   Despierto y lo primero que siento es la pistola en las costilla nuevamente, nos detenemos en un semáforo la otra camioneta no está cerca o por lo menos no la veo, de una de las calles cercanas aparece unos de los motorizados del estacionamiento, lo reconozco al momento, le dice al copiloto – Menor adelante, hay una alcabala, vente detrás de mí, hablé con Greiman y ellos están llegándole ya, porque Jordan se siente mal por el mordisco que el loco le dio, activo – y luego de decir eso arranco, porque el semáforo cambio.

   Acto seguido el que estaba a mi lado me dice – Vamos a un cajero vas a sacar todo lo que puedas sin vacilar, esto no es mamadera de gallo y si haces alguna mariquera te dejo pegado ¿ok? – después del golpe que me dieron y de ver cómo le disparaban al chamo loco del estacionamiento, no me quedaron ganas de contradecirles nada, así que respondí – ¡ok! –.

  Estábamos por la Urbina o cerca, la verdad dimos demasiadas vueltas, nos paramos en una esquina detrás de nosotros casi instantáneamente apareció el motorizado y se paró detrás, sacó un teléfono y empezó a usarlo o fingir que lo hacía, me miraba de reojo.

   Como era de suponerse yo no me bajé solo del carro, así que caminamos juntos hasta el cajero, a mí se me dificultaba por el dolor, llegamos al cajero yo saqué una por una mis tarjetas y saqué todo lo que pude. Caminamos de vuelta y le digo al tipo que está conmigo – Chamo ¿me puedes dar una pastilla de las que están en el carro con el agua? – el me mira y me dice –  camina –.

   Llegamos al carro y le ruego porque el dolor de verdad me estaba matando – ¿Por favor me pueden dar la pastilla? No molestare mas, pero de verdad la necesito –.  El que está conmigo se ríe y dice  – ¿Que te duele mami? –. Le respondo con suplica – la rodilla – el de adelante pasa la bolsa de la farmacia, me siento aliviado el que está a mi lado le dice – ¿Tu me vas a decir a mi ahora lo que tengo que hacer? – Allí entendí que el que mandaba era el que estaba a mi lado, y eso empeoraba todo.

   Nos paramos en un carro de perro caliente me preguntan –¿el carro tiene GPS o alguna vaina de esas? – yo respondo – nada de eso apenas y tengo reproductor – el que manda me ve a los ojos y me dice – mas te vale – todos nos bajamos del carro, allí estaba el motorizado que se había ido con la camioneta, el que nos escoltaba y otros tres, uno de ellos con copiloto, este se baja y se monta en mi carro, me montan en otro carro pero sigo con los mismos tipos, uno de los motorizados le acerca una bolsa con hamburguesas al que manda, lo deduzco por el olor.

   El que estaba a mi lado tenía un bolsito de lado saco un trapo y me dijo – Para que no anden hablando paja después que uno los trata mal, tomate tu pastilla – me dio la bolsa – y tu menor limítate a manejar – le dijo al conductor, después de que me tomé la pastilla, me vendó los ojos, y manejaron un buen rato la verdad no se a donde me conducen, creo que a Petare.

    Cuando llegamos al lugar me quitan la venda, no tenía ni la más mínima idea de donde me encontraba, me dirigen a una casa, entro, hay una pequeña sala, veo varios cuartos, alguno tenían al lado de la puerta unos números de teléfono en las paredes y al lado una cifra, otros estaban tachados no se veía nada.

     Detrás de mi viene el que manda, el conductor de mi carro y el motorizado, me percato de que el conductor del auto es apenas un adolescente, el conductor de la moto el alto flaco pero definido, mientras el que manda es más bien un poco gordito.

    El que manda le da el celular al flaco y  le ordena – Revisa el celular, aquí está el chip, ya te voy a decir lo que vamos hacer, agarra menor – le pasa un marcador al que venía manejando, – en el tres anota, ¿Cuál es el numero de tu mamá? – me pregunta y le respondo sin titubear – le pregunta al flaco – ¿Es el número? – el flaco verifica en mi celular y le dice que si – vamos a pedir mil por el – el conductor que ya había anotado el número de mi mamá anota 1.000.000.000, yo les interrumpo – mi mamá no tiene para pagar eso – el gordo me mira como si le importara poco y le dice al flaco, – espérate hasta las 8 y llamas­–. Se voltea y le dice al conductor – Menor revísalo y le dices como es todo, y tu – Refiriéndose a mi –  metete allá y la próxima vez que abras esa jeta sin que yo te lo pida te quiebro – .

   Camino en dirección a la puerta con un numero 3 en la que al lado anotaron el numero de mi mamá y el monto de mi rescate, dentro había un televisor pequeño, un sillón viejo pero cómodo, una mesita con una silla, una cama de hierro, en una esquina había una especie de hueco anexado en la pared con un chorro alto y un hueco en el piso, a pesar de lo terrible todo estaba muy limpio.

   El conductor a quien desde ahora llamaremos menor, se para frente a mí, revisa un collarcito artesanal que tengo, me revisa el torso, observa cuidadosamente la muñequera y el reloj que tengo, revisa los bolsillos en los que no queda nada más que unos chicles, los revisa y me los deja, me pide que me quite los zapatos y los revisa también, me los devuelve, sale y pasa un seguro.

   Regresa con un ventilador pequeño, una cobija y una almohada, los coloca en la entrada y como si estuviera repitiendo un discurso que sabe de memoria empieza – Si haces todo lo que se te pide y pagan tu rescate nada te va a pasar, el televisor es para que veas las noticias, si sale en ellas algo de tu secuestro estas muerto, a la hora de cada comida una señora te traerá comida, dentro de la almohada esta un pasamontañas, ella tocara y te gritará ¡Comida! si no tienes el pasamontañas puesto no te dará nada, si eres alérgico a alguna comida se lo dices a ella, si intentas hacerle algo o ver su cara estas muerto, si intentas escapar estas muerto, por tu bien come, no sabes cuantos días puedas pasar aquí y vas a necesitar energía cuando te liberemos – arranca una hoja que está pegada detrás de la puerta, saca un lápiz del bolsillo y me lo da, era como un cuestionario. – Cualquier pregunta que este allí y no la sepas responder, coloca allí donde encontrar esa información y todo especificado.

*Nombre Completo y Cédula.
*Cuenta de Facebook, correos electrónicos y sus claves.
*Clave del celular.
*Clave sus tarjetas (especificar).
*Dirección completa.
*Teléfonos de papás (especificar).
*Teléfono de su pareja.
*Trabajo
*Tiene alguna enfermedad y necesita medicamentos.
*Consume algún tipo de Drogas.

   Leo todo y me parece increíble que me pidan todos mis datos y en una hoja con tanta formalidad, veo que ´´El Menor´´ se queda a esperar que yo llena mi cuestionario así que empiezo a llenarlo, al culminar se lo entrego y él me dice – El lapicero – se lo doy y se dirige a la puerta, se da vuelta y me dice – por ultimo nada de gritos, si gritas te amarran y aquí la luz se apaga a las 8:00 PM, puedes mantener el televisor prendido todo el día si te da la gana, pero sin gritos, ni golpes en las paredes o ya sabes – .

   En ese momento cuando ´´El Menor´´ salió, sentí que el mundo se me venía encima y empecé a llorar, me senté al lado de la puerta, era increíble que todo esto me pasara, escucho unos pasos y le quitan el seguro a la puerta, es el gordo y me dice – Ay la mami está llorando, toma – y me lanza la bolsa de la farmacia –para que no sigas llorando – cierra la puerta y se va.

   Es increíble como a este tipo todo lo malo que hace le da gracia y siempre se burla de mí, lo primero que pensé fue en mi mamá y en la cantidad de dinero que estaban pidiendo por mí, ¿De dónde sacaría mi mama ese dinero? ¿Lo pagaría? ¿Llegarían a un acuerdo? o ¿Me matarían? ¿Serian capaces de hacerlo?


   Por otra parte me parecía increíble que a pesar de todo, se preocuparan tanto por uno, que al final no es más que un pendejo con muy mala suerte al que ellos decidieron secuestrar.